Redacción. Madrid
La enfermedad de Parkinson podría socavar la habilidad de procesar el lenguaje, según la investigadora de la Universidad de Groningen, en Países Bajos, Katrien Colman, que ha hallado indicios de este problema en pacientes nacidos en Holanda.
Los pacientes dejan de entender
frases de construcción complicada.
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La investigación de Colman ha demostrado que el daño de las funciones ejecutivas que se produce con el párkinson también afecta al procesamiento del lenguaje. Por ejemplo, este daño puede hacer que estos pacientes dejen de entender frases de construcción complicada y que, antes de llegar a su término, olviden el principio.
Los daños en la flexibilidad se traducen en que los pacientes presentan dificultades a la hora de cambiar de tema, incluso si hay una razón clara para hacerlo, y los problemas con la habilidad para trabajar de forma estructurada significan que, para estos pacientes, se vuelve difícil construir frases gramaticalmente correctas.
Los problemas de procesamiento del lenguaje que presentan los pacientes con Parkinson son comparados de forma incorrecta con aquellos que sufren los pacientes con afasia, según esta investigadora.
La afasia, surgida por ejemplo como resultado de un infarto, puede afectar la habilidad gramatical en sí misma, lo que significa que el paciente deja de poder conjugar los verbos. El paciente puede que entonces, por ejemplo, no pueda derivar el participio pasado 'caminado' a partir del infinitivo 'caminar'.
En los pacientes con párkinson, esta específica habilidad gramatical no se ve afectada, pero sí se daña la función ejecutiva subyacente. Así, el paciente es capaz, en principio, de derivar el participio pasado, pero en algunas situaciones no, por ejemplo, porque no logre ver toda la sentencia al completo.
Esta investigación revela que los problemas de procesamiento del lenguaje de los pacientes con párkinson necesitan de una seria atención pues, según Colman, "si la comunicación es difícil, esto no significa necesariamente que el paciente está cansado o deprimido, que algo funcione mal en su inteligencia".
Se puede ayudar a estos pacientes comunicándose con ellos con frases simples, pero sería un error tratarlos como a niños. "Podemos ahorrar mucho sufrimiento a estos pacientes si aprendemos a entender mejor sus daños en el lenguaje y si desarrollamos vías adecuadas para comunicarnos con ellos", señala la investigadora.
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